Ante la oleada de episodios en los que se discrimina a las personas trans que utilizan el baño del género con el que se identifican, es necesario desmentir la noción de que representan un peligro y luchar por un cambio cultural.
De tiempo en tiempo se habla sobre si las personas trans somos un peligro en cualquier baño. Y a la par surgen supuestas historias que parecieran ser sacadas de un cuento de terror, en donde el mundo de las buenas costumbres y los baños seguros es atacado por este sector de la población.
Pero pensar eso es tan descabellado y sesgado como impedirles a las personas morenas frecuentar lugares públicos por cuestiones de racismo. O decir que deberíamos temer y odiar a las señoras que venden congeladas de pingüinos porque sus productos son extraterrestres.
Y sé que en este punto podemos pensar que todas esas son exageraciones. No obstante, hay un riesgo real y latente de que las personas en una oficina o cualquier otro espacio público sean atacadas dentro de un baño. Pero comentemos con mayor profundidad el tema.
Realidad de la violencia en los baños
Cuando buscas «Casos de ataques sexuales en baños en México» en Google, los resultados que aparecen son varios. Puedes encontrar el informe de cámaras colocadas en baños en escuelas públicas en Guerrero. Ahí, el director del plantel pidió discreción y se quedó con las cámaras.
O el caso de la alumna que fue atacada por un hombre en los baños de la Facultad de Trabajo Social en Ciudad Universitaria de la UNAM. También puedes encontrar el compendio de al menos ocho casos de abuso sexual infantil en escuelas del país. Ahí se menciona que la mayoría de las veces los agresores fueron intendentes y profesores.
Estos son solo algunos de los primeros resultados que podemos encontrar en las búsquedas. Como podemos ver, las personas agresoras no son trans.
De querer seguir la lista, podríamos tomarnos todos los casos de ataques documentados provocados por hombres (sí, hombres cisgénero y heterosexuales) que ven la oportunidad y violentan a mujeres y niños por igual. MIRA ESTOS PUNTOS A CONSIDERAR AL CONTRATAR PERSONAS TRANS Y NO BINARIES.
¿Cómo se viven los acosos y agresiones en los centros de trabajo?
Ahora bien, esta tendencia de agresiones sexuales no solo se centra en los espacios públicos y culmina en un ataque en los baños. Por ejemplo, en las empresas es común ver que muchos tipos de agresiones se han normalizado. Y mientras no lleguen a ataques violentos no se comenta.
Seguramente has escuchado de radio-pasillo en tu empresa que don Fulano acostumbra acosar a las chicas de su equipo invitándolas a salir. O que don Mano Larga a veces toca a las compañeras ‘por accidente’. Incluso que don Fisgón siempre está volteando a ver con morbo a las compañeras.
Bueno, pues ninguno de ellos es trans. De hecho, es raro que haya personas trans en los centros de trabajo. En mi experiencia, aun en empresas que tienen políticas de inclusión bastante robustas sigue siendo un reto tener talento trans contratado. CONOCE CÓMO VIVEN EL ACOSO LABORAL LAS PERSONAS TRANS.
¿Por qué se argumenta que permitir a las personas trans utilizar un baño es un peligro para las demás?
Pues la respuesta corta es por transfobia. Es más fácil culpar a las minorías y argumentar que la discriminación y rechazo, así como el odio generalizado, suceden porque supuestamente se lo merecen, ya que dicen que son agresores sexuales en potencia.
Y esto puede ocurrir en todos los niveles dentro de las empresas. Por más programas de cultura, de diversidad o inclusión que se tengan, siempre habrá alguien que no comparta esos valores.
Cotidianamente veo que muchas empresas se enorgullecen de tener un baño neutro porque son altamente inclusivas. Sin embargo, medidas así —que han surgido de una muy buena idea, pero una mala implementación— corren el riesgo de incurrir en un nuevo episodio de discriminación.
Esto se debe a que ahora las personas trans tendrían que utilizar casi exclusivamente ese único baño disponible. Lo anterior sin importar que el baño esté, por ejemplo, en otro piso del edificio. ENTÉRATE DE POR QUÉ LOS BAÑOS NEUTROS SOLO SON UN PRIMER PASO.
Otras formas de diversificar espacios públicos, como los baños, para todas las personas
Hace un tiempo tuve la oportunidad de visitar las oficinas en CDMX de una empresa líder en tecnología. Ahí me llevé una sorpresa fenomenal al ir al baño. Habían retirado las puertas de hombres y mujeres.
Así se convirtieron en espacios de acceso general en donde cada baño tenía su puerta individual. Y lo que se podía leer en la entrada era «All gender restroom».
Imagina lo impactante de esa solución: poder entrar al baño sin importar el género con el que te identificas. Y además tener la tranquilidad de que es un espacio individual y privado.
Eso ya pasa también en cafeterías, bares y muchos otros espacios. Lo importante aquí es ver que, en esta empresa que te comento, se llegó al punto de no solo tener un baño neutro. En cambio, todos los baños son espacios al alcance de todas las personas.
¿Entonces abrir los baños para todos es una solución en las empresas?
Sí, pero no es la única solución. Esta medida debe ir acompañada de cambios de cultura, capacitación y hasta procesos claros de sanciones en caso de violencia.
Lo menciono porque aún seguimos normalizando la violencia y agresiones de compañeros y compañeras mientras maximizamos el discurso de odio contra las personas trans (quienes ni trabajan en tu empresa). Esto quiere decir que todavía hace falta mucha sensibilización y trabajo cultural. DESCUBRE CÓMO CAPACITAR EN DIVERSIDAD E INCLUSIÓN LGBT+.
En este sentido, el problema no radica en el baño al que entramos las personas trans. Más bien, se encuentra en los prejuicios y odio que se tienen contra una minoría que ya de por sí es vulnerada en sus derechos.
Tan es así que 90% de las personas trans no tiene acceso a un trabajo estable en una empresa. Además, México es el segundo lugar en transfeminicidios a nivel mundial. Esto implica que por solo ser mujer trans ya tu vida corre peligro.
A esto hay que añadir que en México el 45% de las mujeres han reportado ser víctimas de algún tipo de agresión o acoso sexual en su vida.
¿Qué más puede hacerse para evitar el discurso de que las personas trans son un peligro en el baño?
Hemos podido ver que el uso del baño en las empresas (y otros contextos) por parte de las personas trans no es el problema. El problema radica en que vivimos en una sociedad violenta en donde a las mujeres se les agrede sin importar si son cis o trans.
No obstante, hemos normalizado que estas cosas pasen. Y muchas veces buscamos atribuir esos miedos e inseguridades a quienes vemos diferentes. Nos enfocamos en quien no encaja en el canon de lo que creemos debe ser la identidad de género —es decir, las personas trans y no binaries— cuando nosotras solo queremos ir al baño en paz.
Como podemos notar, hay mucho por hacer y reflexionar. Pero, sobre todo, queda mucho trabajo directo con los equipos en las empresas para que se haga valer el respeto como un valor clave de su filosofía.
Y ojo aquí, respetar los derechos de otras personas creo que es lo más importante. Ya después podrá entrar la integridad, porque de nada sirve respetar a unos sí y a otros no.
Aún falta mucho camino por recorrer en temas de cultura, respeto, diversidad e inclusión. Pero por algún lugar tenemos que empezar, y ojalá sea por los baños.
¿Piensas que las empresas deberían capacitar a sus equipos en temas de respeto a la diversidad sexual más allá de la presencia de baños neutros? Te leo en los comentarios.
Con información de Infobae, El Universal, Primera línea, Expansión y El País
